Debido a la extensión de esta interesante entrevista, he decidido dividirla en dos entradas.
Sin embargo, Ibáñez en persona está muy lejos de estos personajes. Ibáñez es un hombre serio, tímido, siempre correctamente vestido, correctamente afeitado. Sus originales, las páginas de sus historietas son de una pulcritud sorprendente. Su trazo es exacto, limpísimo, sus fondos inmaculados y cuidados hasta el mínimo detalle.... Ibáñez, para finalizar, es un trabajador infatigable, de una fecundidad asombrosa e inagotable. La cantidad de historietas que cada semana le solicitamos, nos hace pensar a menudo: "¿Cuándo duerme?¿Cuándo come?¿Cuándo descansa?"
-Dibujo desde que nací; profesionalmente, hará unos trece o catorce años.
-¿Cómo empezaste, dónde y por qué?
-Ya te digo que he dibujado desde mi nacimiento; recuerdo que publiqué el primer dibujo en la revista "Chicos"; yo tenía entonces cinco años, y el dibujo apareció en una sección que se montaba con lo que enviaban los lectores. Después seguí el camino habitual, llevar unas páginas de un lado para otro. La Editorial Marco, que entonces editaba "La Risa", fue la primera que aceptó mis trabajos regularmente. Después hice algo para "Paseo Infantil", ya desaparecida, y finalmente vine aquí, a Bruguera. Desde entonces no he tenido tiempo para nada más...
-¿Dónde aprendiste a dibujar?
-En ninguna parte, por mi cuenta. Creo que como todos. En el dibujo llamado serio aún existe la posibilidad de estudiar en alguna academia o escuela de Bellas Artes, pero en dibujo humorístico, ya me dirás... Además, ésta es una cosa que se lleva dentro y entonces se aprende a base de dedicarle muchas horas... No tuve ningún maestro tampoco, es decir, no empecé como algunos, ayudando a un dibujante ya acreditado.