lunes, octubre 16, 2006

¡Caos y destrucción!

Nadie puede negar que los tebeos de Ibáñez, en concreto los de Mortadelo, son violentos. Una buena parte del humor reflejado se basa en los postulados del tortazo y tentetieso, que también supieron demostrar los pioneros del cine mudo, con los Keystone cops y laurel y Hardy a la cabeza. El Mortadelo de la última etapa brugueriana quizás contenga los momentos más memorables de violencia y caos absoluto. La famosa viñeta del Mundial 78 (que merecerá un post propio) fue el comienzo de lo que vendría más tarde. Panoramas urbanos con situaciones tremebundas.
He elegido tres al azar para demostrar esta teoría del mundo de Mortadelo y Filemón.
El cocherito Leré

Policías y ladrones se acribillan a balazos mientras un guardia urbano (terrible lacra) multa a los primeros. Al menos cuatro muertos por aplastamiento, entre ellos una viejita. La linda escena se completa así: un gamberro con un martillo, un perro miccionando, una pelea entre conductores, un tipo arruinado, un ladrón, un señor airado y otro con serios problemas dentales. Coches abollados, empotrados, "arbolados", destruidos...
El preboste de seguridad

Gangsters de gatillo fácil, nuevamente un gentil guardia multando, una vieja a la que hacen callar, un asesino deshaciéndose de la desnuda víctima, otro que se la lleva en un saco, otro enseñándole a un individuo cuan afilada tiene su navaja, un señor sacando los billetes a pasear, un ladrón de simpática sonrisa, perros y gatos trabando "amistad", otro que se lleva la música (del coche) a otra parte, un pie y un cráneo, ignoro si de la misma persona.
La gente de Vicente

Uno que lanzan al vacío como si nada, un revienta-persianas, un tipo de color haciendo ejercicio con el codo, otro gastando una broma a un amigo suyo (le pone boca abajo), otro dándole a la manivela y finalmente nuestro estimado guardia siendo hurtado por el famoso caco sisa-pistolas.
Son solo ejemplos de la mala baba que se gastaba Ibáñez en sus últimas comparecencias editoriales. Así era Bruguera, todo caos y destrucción.

3 comentarios:

  1. Anónimo8:53 p. m.

    A veces el caos bien organizado, no es tanto caos como pudiera parecer en un principio... Te puedo asegurar que, eso, es posible... Sólo basta con conocerme a mí, jajaja...

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  2. ¡Qué bárbaro, el Ibáñez más bestia! Siempre tuvo un punto de mala leche desde sus inicios, pero en esta última época es de lo más explícito...

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  3. Ciertamente, muy buena la aportación. Tal vez nunca Ibáñez había sido tan violento como a partir de la Transición.

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