En la historieta el hada madrina (DDT Extra Navidad 1981), obra de Casanyes, se nos brindaban unas pinceladas de la infancia de Filemón, ya apuntadas anteriormente por Ibáñez en La historia de Mortadelo y Filemón, en la que aparecía apalizado por su padre. Estas situaciones explican el carácter amargado y violento del personaje.
Filemón, carne de psicólogo.
Filemón, carne de psicólogo.
10 comentarios:
Siempre me encantó la personalidad de este Filemón...tan inseguro,tan cascarrabias,tan...tan entrañable!
Esta historieta se me quedó marcadísima de pequeño, al pobre Filemón le hacen "bulling" hasta en su casa!
Por cierto, ¿habéis observado la querencia de Casanyes a dibujar infantes?
A mí también me gusta Filemón, mucho más que Mortadelo, por lo que apuntan arriba, su inseguridad y timidez. Un besico, majo
Saludos,
Por lo que leo, parece que Filemón tiene más simpatizantes que el propio Mortadelo.
Lo que sí que es evidente, es que Filemón está más humanizado que su subalterno, y es más reconocible en la vida real.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
No puedo hacer otra cosa que estar de acuerdo con lo que ustedes dicen.
Pues a mí me gusta más Mortadelo, la verdad. Que Filemón sea la víctima de muchas cosas no le quita que también sea un personaje bastante tiranuelo.
Pero bueno, como los buenos padres, hemos de quererlos a los dos igual.
No recordaba esta historia, pero ahora que las veo, sí que me suenan un poco estas viñetas.
Qué cosas...una de las últimas historietas que he dibujado tiene un flashback de la infancia del protagonista parecido a este. Y además dicho protagonista se da un aire a Filemón... ¿Me habrá traicionado el subconsciente?
Siempre me he sentido identificada con Filemón, los dos ocultamos nuestras inseguridades y nuestro pasado triste tras un comportamiento prepotente y presumido. Y siempre nos llevamos las hostias cuando nuestros compañeros la lían parda. De pequeña me enamoré de él, porque en seguida supe que eramos muy parecidos.
Siempre me he sentido identificada con Filemón, los dos ocultamos nuestras inseguridades y nuestro pasado triste tras un comportamiento prepotente y presumido. Y siempre nos llevamos las hostias cuando nuestros compañeros la lían parda. De pequeña me enamoré de él, porque en seguida supe que eramos muy parecidos.
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