Uno de los clásicos de siempre, de los títulos más memorables de Mortadelo y Filemón es El caso del Bacalao.
Esta historieta fue publicada en los últimos diez números de Gran Pulgarcito, una excelente revista que sin embargo no tuvo suerte comercial, al intentar captar al lector de semanarios con una publicación más pensada, al estilo francés de revistas de calidad, con un precio de portada excesivo para el consumidor de entonces. Concretamente van del 74 al 84, de junio a agosto de 1970, y para la ocasión, Ibáñez ideo una historia de 28 páginas, pero con final abierto por si acaso se le daba la opción de continuarla. Y así sucedió, ya que era necesario llegar a las 44 de rigor para completar un álbum. Meses después, en noviembre, la historia se retomaría en Mortadelo, desde el número 0 (que venía de obsequio en Tio Vivo) al número 3, este con fecha del 14 de diciembre. Posteriormente se editaría en álbum, en múltiples ediciones y formatos.
La trama argumental, muy original en la andadura de los personajes, consiste en los planes urdidos por un gangster, Lucrecio Borgio y su banda consistentes en vender bacalao a precio de saldo, para luego dejar a la ciudad sin agua, y por lo tanto a continuación vender este líquido a precio de oro. Hasta aquí la primera parte. La reanudación, con la ciudad inundada por culpa de los de siempre, y después llena de barro, retoma los postulados de la caza del caco, en la que Mortadelo y Filemón deben evitar el robo de un banco y finalmente, han de atrapar a los componentes de la banda.
Se comenta que el argumento puede estar inspirado en El malvado Vázquez, historieta de Anacleto, en la que el malo de turno se hace con todo el bicarbonato de una ciudad...Lo que hace magnífica esta aventura, aparte de su original propuesta, es la calidad gráfica y narrativa. Como Ibáñez nos conduce a través de la historia sin prisas pero sin pausas, alargando los gags para mimarlos, y recreándose en los personajes, sobre todo en Lucrecio Borgio, del que nos ofrece una caracterización portentosa. Son personajes con alma, no meros figurantes, o clichés, como sucede hoy en día con los secundarios, si los hay, claro.
Se comenta que el argumento puede estar inspirado en El malvado Vázquez, historieta de Anacleto, en la que el malo de turno se hace con todo el bicarbonato de una ciudad...Lo que hace magnífica esta aventura, aparte de su original propuesta, es la calidad gráfica y narrativa. Como Ibáñez nos conduce a través de la historia sin prisas pero sin pausas, alargando los gags para mimarlos, y recreándose en los personajes, sobre todo en Lucrecio Borgio, del que nos ofrece una caracterización portentosa. Son personajes con alma, no meros figurantes, o clichés, como sucede hoy en día con los secundarios, si los hay, claro.
En cuanto a la narración es interesante observar, por ejemplo, al principio de la historieta el camino de los agentes desde su propio hogar hasta la sede de la TIA. Un paseo contado con todo lujo de detalles. Este contacto con el entorno, es uno de los detalles que se echa de menos en las aventuras desde hace ya tiempo. Aquí desde la TIA, tienen otro viajecito en carricoche hasta la guarida de la banda, y ya dentro deben deshacerse de un cocodrilo, para poder acceder al interior de la vivienda. Cuatro páginas de contienda con el animal, exquisitamente contada. Me siento repetitivo, pero no dejo de pensar en la acumulación de gags sin tres ni revés, pasando de una cosa a otra, que salpican las desventuras actuales, comparándolo con lo hecho en el caso del Bacalao, donde Ibáñez nos regala estos gags estudiados, repletos de detalles, contados con gran maestría...
En el gag del pico (Filemón haciendo un agujero en la pare) Ibáñez hace uso de 17 viñetas para contarnoslo. El del grito en el monte, es otro ejemplo. Y el caso es que la lectura de la historia es ágil, muy entretenida. Es un muy buen recurso, pues aumenta la expectación por la resolución del gag, atrapa en la lectura. Es un recurso muy cinematográfico. Casi diría que esta aventura (junto a Valor y al toro) es la que mejor se podría aprovechar de una adaptación a la gran pantalla. Si no he oido mal, la segunda película de imagen real (Misión salvar la tierra, creo) se inspira en este álbum. En las 16 últimas páginas, se rompe con este modo de narrar, una lástima, pues se destruye la unidad del conjunto.
Gráficamente, la primera parte es escepcional, con un dibujo y entintado excelentes. A lo largo de la historia no se escatima el cambio de plano, usando picados y forzando perspectivas si así lo requiere el momento. Todo son elogios para estas páginas. En el resto, el dibujo menos detallado, hecho con más apresuración, y especialmente las cuatro páginas del número 0 de Mortadelo llevan un entintado completamente fuera de sitio. Luego se mejora, pero no se está a la altura de lo publicado en Gran Pulgarcito.
Bueno, poco que añadir a lo anteriormente dicho, para mi este fue una de las primeras aventuras que conseguí en tapa dura, en la colección ases del humor, junto a la de Valor y al toro, y sin duda, ambas fueron la causa de que mi admiración hacia los personajes creciera, y mi incondicionalidad por los mismos se hiciera firme e imperecedera.
Excelente reseña para un excelente álbum.
ResponderEliminarAunque Ibáñez suele decir que sus guiones han estado siempre igual de cuidados (no como su dibujo), este álbum es un ejemplo que demuestra lo contrario, ya que aquí se nos ofrece un modelo de historieta cómica perfectamente construida (28 páginas iniciales), modelo que habría elevado el nivel de la serie sin un esfuerzo excesivo, pienso yo.
Las últimas páginas, a modo de epílogo, vuelven a la estandarización sin desmerecer el resultado final.
Ah, y el disfraz usado por Mortadelo para provocar la lluvia, de los mejores (¿recuerdan la viñeta posterior, de las vacas bailando?, jejeje).
Por poner como ejemplo, Mortadelo se disfraza de gato, el mismo disfraz que aparece en la portada de Super Pulgarcito número 1, unos meses después. un señor gato, todo detalle.
ResponderEliminarY lo de las vacas... absolutamnete genial.
Totalmete de acuerdo: El caso del bacalao y ¡Valor y al toro! son las dos mejores aventuras de MyF
ResponderEliminarYo personalmente el dibujo de Ibañez de los 70, no me gusta, prefiero el de los 90 y actual, pero eso es un segundo plano.Lo que realmente hay que tener en cuenta son los guiones y el desarrollo de la aventura. Y en este caso, lo hacen. Una aventura clasica con guiones magnificos y una aventura original, con Lucrecio Borgio, que mas que un secundario, es otro protagonista mas, y el Valor y al Toro, tambien.Otra cosa es que el disfraz de hechizero para invocar al dios de la lluvia, no es la primera vez que lo utiliza. Saludos de un Ibañezmaniaco.
ResponderEliminarPara mi las tres mejores jistoris de Mortadelo son:la gente de vicente, el bacilon, y el sulfato atomico. He dicho.
ResponderEliminarPara mi no sólo es uno de los mejores. El primer álbum que me compré fue el de "¡LA CAZA DEL CACO!"publicado en 1971 (reeditado) y el que nos ocupa. Primero, porque fue la primera aventura larga que pude tener, segudno poruqe es el que mé leía mi difunta tía (no, no es un juego de palabras) que en paz descanse y que gracias a ello me aficinó a leer.
ResponderEliminarSiempre lo guardaré con cariño y simpre ocupará un lugar en mi corazón.
Dexter, yo aprendí a leer, literalmente (y sí es un juego de palabras), con los tebeos de Bruguera.
ResponderEliminarIbáñez, cuando está en su mejor forma, es un dibujante excepcional, y un muy buen guionista. Para mí, quizá por la edad con la que la leí, el Sulfato Atómico es una genialidad (especialmente si se ve en el formato grande original, al reducirlo pierde). El Caso del Bacalao es otra genialidad.
En el Sulfato Atómico (Gran Pulgarcito, nº1) inventó la T.I.A. Era muy muy bueno antes, pero el proyecto de ese nuevo tebeo (que ya no era un tebeo) le planteó un auténtico desafío: compartir espacio con los dibujantes estrella de Pilote, incluyendo a Jean Giraud, Gosciny,... y su historieta era la primera que yo y mis amigos, que éramos unos chavalitos, leíamos.
Esta historieta tiene muchísimos puntillos graciosos; es de mis preferidas junto a Los Guardaespaldas y El Circo. Sobre todo es gracioso el disfraz de estatua de "El sueño de una noche de verano" (humor absurdo 100%) y la situación que ello provoca. Por lo demás, muy original lo de la ciudad inhundada, de hecho siempre me acuerdo de ese capítulo cuando veo en la tele pueblos que se han llenado de agua hasta el tejado de las casas.
ResponderEliminarHola amigos, no sé si alguno de vosotros se habrá percatado de lo siguiente...
ResponderEliminarResulta que Lucrecio Borgio y su cuadrilla de gángsters aparecieron con posterioridad en un par de videojuegos de Mortadelo y Filemón, concretamente en "Balones y Patadones" y "Mamelucos a la Romana"... Solo que les cambiaron el nombre y pasaron a ser llamados la banda de Vito Corvino... Basta con ver la intro de ambos juegos para observar que los diseños de los personajes están calcados completamente del tebeo de Ibáñez...
¡Un saludo!