Jajajaja qué clásico. Intervienen la contraseña, el tío brasas, la barba creciendo y el típico transeúnte que no se entera. ¿Y el pelo del plasta? ¡Es de Rompetechos!
Se ve también aquí la irrealidad del paso del tiempo: a Filemón le sale barba como si esperara meses... pero sigue siendo el mismo día (curiosamente sólo le sale barba y telarañas al que está esperando, nunca al culpable de la espera)
En otros casos se meten una castaña, aparencen en el hospital tras unos rayos-X con el fémur entre las costillas, y en la siguiente viñeta vuelven al minuto posterior al accidente.
Jajajaja qué clásico. Intervienen la contraseña, el tío brasas, la barba creciendo y el típico transeúnte que no se entera. ¿Y el pelo del plasta? ¡Es de Rompetechos!
ResponderEliminarSe ve también aquí la irrealidad del paso del tiempo: a Filemón le sale barba como si esperara meses... pero sigue siendo el mismo día (curiosamente sólo le sale barba y telarañas al que está esperando, nunca al culpable de la espera)
ResponderEliminarEn otros casos se meten una castaña, aparencen en el hospital tras unos rayos-X con el fémur entre las costillas, y en la siguiente viñeta vuelven al minuto posterior al accidente.
Me acuerdo que cuando consiguen entrar, el agente que está allí les empieza a decir lo mismo...
ResponderEliminarEfectivamente, y también recibe lo suyo...
ResponderEliminarFalta un clásico en esto de las contraseñas, aquella de "¡Viva er Beti manque pierda!" justo delante de una peña sevillista.
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