Mortadelo y Filemón. The Miusical

El amigo Mortadelón me ha invitado a su blog para que les comente la experiencia de asistir a la representación de la obra teatral "Mortadelo y Filemón. The Miusical", a la que (también) fui invitado el pasado Domingo 28 de Septiembre.
He de admitir que era reacio a ver la obra por varias razones, siendo las más relevantes el precio de la entrada y mi cariño hacia los personajes, ya que todo lo que se ha hecho con ellos fuera del ámbito del tebeo y ajeno a las manos del maestro Ibáñez no me ha fascinado, desde las películas a la serie de dibujos animados. Pero este musical... me gustó.
Antes de que marchen ustedes a verla en tropel, un par de aclaraciones, para prevenirles de lo que van a ver... Para que se hagan una idea, lo que van a ver es "Recontradirectísimo" en directo. Es uno de tantos productos que sacaba Bruguera con el nombre de los personajes de Ibáñez, con un aire a historieta apócrifa pero con el encanto y las canciones de la época. El hecho de que el teatro donde se representa la obra (el Tívoli) sea uno de los cines que servidor visitaba de pequeño ayudó a ponerme en situación. En el vestibulo de éste se podía adquirir el genuino diario "La Bola" (y las gafas en 3D necesarias para disfrutar de una de las sorpresas de la función).

Los Mortadelo y Filemón que vemos en el escenario se asemejan más a las superestrellas dibujadas por Sagasty que a los de Ibáñez... y tampoco los Otilio y Sacarino son los de Ibáñez.
Así pues, todo destila un aire a subproducto relacionado con los personajes... y una vez así lo acepté, disfruté de la obra cual infante al que su madre compra un Super Mortadelo cualquiera en el quiosco de la esquina un Sabado por la mañana... una revista de Bruguera cualquiera, con el nombre de Mortadelo en la cabecera y cuya única finalidad es entretener a un chaval que la lee ávidamente, en el sofá de casa con pantuflas y con Torrebruno de fondo en una tele en blanco y negro. Obviamente, el hecho de que la mayoría de las canciones escogidas sean de aquella época ayuda.
Y ya que hablo de las canciones, indicar que el montaje, tal como su nombre indica, es un musical, por lo que el desarrollo de la acción se ve interrumpido constantemente con números musicales. Números musicales a lo grande, desde la recreación de un Cabaret (aunque la canción para la ocasión sea "La vida es una tómbola" de Marisol) a un Love Medley como el de Moulin Rouge, aunque con canciones algo diferentes como podrán imaginarse (y la cual podrán escuchar, al igual que otras, si visitan su web: http://www.mortadeloyfilemonthemiusical.com/ ), pasando por un número musical donde más de una veintena de Mortadelos bailan claqué.

La historia que se desarrolla entre canción y canción sí que tiene aire Ibañezco: A la representación de la obra "El Fantoche de la Opereta", televisida mundialmente, acuden importantes personalidades entre las que se cuentan la Reina de Inglaterra, y para garantizar su seguridad contratan los servicios de la T.I.A. El villano de la función es Todoquisque, quien ya ejerció como tal en el 2º largometraje en imagen real de los agentes. Éstos a su vez se baten por el amor de la joven Maruli (personaje creado para la ocasión y que al final de la obra aparece dibujada en una pantalla con una semejanza a la olvidada Señorita Irma).
Todo y así, el guión tiene altibajos y la sensación de sinsentido, que ya destilaban las historietas del Bruguera Equip por ejemplo, culmina con la boda de nuestros agentes.
¿Sorprendidos? Pues sorpresas en el escenario no hay pocas, ya sea para los aficionados a las historietas, con la presencia de la mismísima máquina del cambiazo y de un bocadillo que hará que quien se lo zampe la palme (¿les suena la historieta corta "Un bocadillo explosivo"?)... como del Rompetechos visto en el cine o una proyección en 3-D.

Tal como decía... todo tiene un aire a Ibáñez sin ser de Ibáñez, por lo que recomiendo dejen sus prejuicios en la entrada, rian, canten, disfruten y descarten esos defectos que tiene... que los tiene, ¡no todo iba a ser bueno! La duración uno de ellos (¡¡¡ 2 horas y media !!!), algún número musical algo insoportable y en más de un momento esa sensación de batiburrillo que tiene todo. Pero eso, para mí, es lo que le dió la personalidad popular que tenían, como decía, los tebeos de la época... (lástima que el precio de la entrada sea tan poco popular).