Antes sí que pasaban calor, y mucho, además. Llegaba el veranito, los dias soleados, los extras de vacaciones, las historietas veraniegas... Y hala, a contar cosas relacionadas con la estación. Ibáñez se ponía manos a la obra, y a trabajar el doble, que la paga extra había que ganársela (¿había paga extra?). Que mejor leitmotiv para las desventuras de sus criaturas que la canícula reinante... Vean, vean, lo mal que lo pasaban:




Pero no solo los personajes de Ibáñez sufrían el estío, mas que nada porque no había aire acondicionado. He aquí otros ejemplos:







¡Y luego nos quejamos de que pasamos calor!.