Francisco Ibáñez compagina su ocupación principal en el Banco Español de Crédito, en el que ingresa como botones en el año 1950 después de estudiar contabilidad, banca y peritaje mercantil, ocupando más tarde el puesto de ayudante de cartera y riesgos, con su carrera como humorista e historietista en la Editorial Marco. Este pluriempleo se mantiene hasta 1957, año en el que abandona su trabajo en la entidad bancaria para dedicarse exclusivamente a la historieta y al humor gráfico, justo con su entrada en Bruguera como dibujante de reemplazo.
Este preámbulo viene a cuento para tratar de aclarar la fecundidad y la productividad de Ibáñez durante estos años. Ibáñez inicia su colaboración plena con Marco a principios de 1955, dibujando para las dos cabeceras de humor de la editorial: LA RISA e HIPO, MONITO Y FIFÍ segundo formato, siendo la primera la principal contenedora de sus creaciones ya que para la segunda su producción es menor, en sus páginas solo aparece otro de sus protagonistas: el león “Melenas” y algunas tiras de efímeros personajes como “El mosquito Pérez” o “Fis y Puk”. Tras cuatro años ininterrumpidos, la relación con Marco se clausura a principios de 1960.
Este preámbulo viene a cuento para tratar de aclarar la fecundidad y la productividad de Ibáñez durante estos años. Ibáñez inicia su colaboración plena con Marco a principios de 1955, dibujando para las dos cabeceras de humor de la editorial: LA RISA e HIPO, MONITO Y FIFÍ segundo formato, siendo la primera la principal contenedora de sus creaciones ya que para la segunda su producción es menor, en sus páginas solo aparece otro de sus protagonistas: el león “Melenas” y algunas tiras de efímeros personajes como “El mosquito Pérez” o “Fis y Puk”. Tras cuatro años ininterrumpidos, la relación con Marco se clausura a principios de 1960.
Melenas en HIPO, MONITO Y FIFÍ, segundo formato Nº 81 (1956). | Melenas en HIPO, MONITO Y FIFÍ, tercera época Nº 2 (1958). |
Las mencionadas cabeceras de Marco tienen una periodicidad quincenal y no requieren de un ritmo enfebrecido para llenar sus páginas. En el año 1955, las primeras aportaciones de Ibáñez, suelen ser entre una y dos páginas para cada número de LA RISA, pero el ritmo va ascendiendo a medida que se va afianzando dentro de la editorial y a finales del mismo año la cadencia asciende a cuatro páginas por revista. El año siguiente es el de mayor productividad y la media se remonta a cinco páginas por ejemplar entre los números 96 y 122, con su correspondiente Almanaque para 1957. Por poner un ejemplo: en el número 121 Ibáñez publica siete páginas, casi la mitad de la publicación que consta de 16 páginas cubiertas incluidas. Este ritmo sigue parecido, a razón de tres, cuatro, incluso cinco a principios de 1957, pero al llegar al número 133 esa regularidad baja para ocuparse quincenalmente de las dos páginas a cargo de Bech y de otra de chistes, ocasionalmente aparece alguna página de Kokolo y el pliego central doble protagonizado por los Repollino. La sección “Reportajes extraordinarios” o “Grandes reportajes” que también así se llamó, en colaboración con Carlos Bech, desaparece a partir del número 142, teniendo así Ibáñez una página menos a su cargo. El año 1958 comienza con novedades, el protagonismo de Rizo en las cubiertas disminuye y estas, ahora con un nuevo diseño de cabecera, abren sus puertas a otros colaboradores de la revista, entre ellos Ibáñez, que realiza unos cuantos chistes para el escaparate de la revista.
Chiste en la cubierta de LA RISA nº 151. | Chiste en la cubierta de LA RISA nº 158. |
Ese año, aparte de las cubiertas, es el año de los chistes y de “La familia Repollino”, que con “Curiosidades y rarezas de todo el mundo” que así se llama ahora la anteriormente denominada “Reportajes de todo el mundo” la otra sección fija de Bech, hacen una media de cuatro páginas quincenales. Ya a finales de 1958 la cadencia disminuye y con la entrada del nuevo año desaparece la mencionada sección “Curiosidades y rarezas de todo el mundo” y con ella la firma de Ibáñez. Y aquí tenemos a 1959 que es un año sin firma, sin firma pero con Ibáñez. Un Ibáñez con menor dedicación a la cabecera de la Editorial Marco, ya que en esta época está de lleno en Bruguera con otros personajes como los geniales “Mortadelo y Filemón”, pero ello no le impide crear sus penúltimos personajes para LA RISA, la desconocida y no catalogada serie: “LOS TRES MOSQUITOS”. Tres descacharrantes y atontaos mosqueteros del Rey de Francia con unas absurdas tramas con la impronta del ya indiscutible “sello Ibáñez”, historietas de dos páginas entre los números 179 y 192.
"Los tres Mosquitos", LA RISA número 179.
1960 es el año que definitivamente deja Ibáñez la Editorial Marco, ese año es de reediciones de material antiguo y de personajes de Ibáñez dibujados por los nuevos dibujantes de la renovada plantilla de LA RISA: Kito, seudónimo de Francisco Pérez Espinosa, que hasta hace poco tiempo se pensaba que era Ibáñez y los desconocidos Font, A. Pueyo, Cebrián y Mas Esparch. El maestro nos deja ese año su último personaje, el efímero “Furgensio” unas tiras mudas de un mejicano bajito y narizotas al que solo le abulta su ancho sombrero.
Furgensio, Almanaque LA RISA para 1960.