En Brasil nuestros personajes tambíen tuvieron su hueco en el mercado, rebautizados como Mortadelo e Salaminho. Los almanaques, con portadas apócrifas, alguna incluso firmada, se llevan la palma de la mediocridad con dibujos a los cuales poco tienen que envidiar los "negros" españoles. Además, ¿les suena la primera portada?.
lunes, marzo 31, 2008
domingo, marzo 30, 2008
David, apócrifo
Hubo un apócrifo que respondía al nombre de David, así a secas. También guionizó algunas de sus historias cortas. Fue un reemplazo anodino, de los que no se graban en la memoria.
Aquí les dejo una muestra de su trabajo, con una página ajena a Mortadelo, que curiosamente se titula increíble pero mentira, y la otra pertenece a La Historia del dinero.
Aquí les dejo una muestra de su trabajo, con una página ajena a Mortadelo, que curiosamente se titula increíble pero mentira, y la otra pertenece a La Historia del dinero.
sábado, marzo 29, 2008
Con estilo propio
En casi todos los casos apócrifos, imitar el "estilo Ibáñez" es harto difícil para el sustituto de turno. Los más, calcan viñetas (me los veo apoyados contra el cristal de sus ventanas) o copian como buenamente pueden. Pero hay algunos, que aún imitando al maestro, conservan su estilo intacto. Vimos a Osete, o a un Casanyes en su última época. También, rebuscando entre tebeos, encontré un apócrifo, ya en Ediciones B, que me llamó la antención. He aquí algunas viñetas procedentes de la historieta "robos en el tren correo":
Se le ve suelto, de un estilo más depurado que el de sus compañeros de Editorial. Como pasando por ahí, y cumpliendo el encargo, sin esforzarse en seguir la planificación del autor original. El disfraz de rata lo dice todo, al igual que los personajes secundarios, poco ibañezcos. ¿Quién sería el desconocido autor de estas planchas?.
viernes, marzo 28, 2008
Juan López, el "negro" que no fue
Cuando Bruguera lanzó su colección de libro-tebeos Risa Loca, tuvo a bien acreditar a dibujantes y guionistas participantes en el evento. Uno de ellos, Juan López, más conocido como Jan, el creador de Superlópez, ilustró algunos números. Viendo su aportación, estupenda a todos los niveles, uno hubiera deseado que este autor leonés, afincado en Barcelona, hubiera tomado las riendas de los personajes en ausencia de su creador y, debidamente acreditado, eso sí, haber continuado la labor que tan magníficamente ha desarrollado en su propia obra, otorgándoles a Mortadelo y Filemón su propio estilo de dibujo y color. ¿Se imaginan a los personajes de Ibáñez con la planificación de viñetas y el coloreado preciso de las historias del superhéroe bigotudo?. Esto nos hemos perdido, gracias al orgullo y amor propio de Jan, que en un momento preciso de su carrera decidió no volver a tocar personajes ajenos.
miércoles, marzo 26, 2008
El mundo de los apócrifos
Quizás sea el momento de contar una historia verdadera o tal vez inventada, pero que sin duda pudo pasar.
Corren los años 60 y el maestro Ibáñez se ve requerido por sus editores a crear nuevos personajes. Además los anunciantes lo quieren a él por encima de cualquier otro para ilustrar sus marcas. Mortadelo tiene aceptación entre los lectores, las encuestas lo demuestran. Junto con 13, Rué del Percebe, son las series de más éxito.
-Ibáñez, ¿qué me dice de una página doble central de Mortadelo?.
-Pues le digo que a todo no llego, no llego. Son demasiadas páginas a la semana, y aún trabajando 28 horas al día no doy abasto.
-Ea, ea. Le pondremos entintadores, más entintadores. Usted aboceta, y listo.
-Bueno Ya veremos.
Primera baja, Don Pedrito, personaje publicitario de un cóñac.
-Bien, que no puede con Don Pedrito, no pasa nada. Habrá que buscarle un sustituto. Alguien que le sea fiel a su estilo, para que los lectores no lo noten.
-Pues mire, uno de mi quinta, Blas Sanchís, no se le da mal. Lo conozco y sé que hará un buen trabajo.
-Pues no se diga más, le daremos el puesto.
-Gracias, gracias. Me quita un peso de encima.
La década de los 60 llega a su fin. El trabajo de Ibáñez crece de manera desproporcionada.
-Si me parece bien, dibujar a Mortadelo y tal con más detalle, aventuras largas, al estilo "europeo". Pero eso me llevará más tiempo, más tiempo. ¿De donde lo saco?.
-Calma, Ibáñez. ¿Sabe cual es el requisito que pedimos a los dibujantes que llaman a nuestra puerta? "O dibujáis como Ibáñez, o no hay nada que hacer". Estamos creando clones suyos que le salvarán de esta situación. Tiempo al tiempo. Y no se preocupe, que le buscamos entintadores para todas sus historietas. Siga con lo suyo.
Gran Pulgarcito fenece, pero Mortadelo no sólo sobrevive al envite, sino que se multiplica en diversas publicaciones con su nombre.
-Mire, ambos conocemos a Osete, y seguro que hará un buen trabajo con Mortadelo. Además el señor Toledano con el 13, Rué, una de las series más trabajosas de hacer, no le defraudará.
-Pero Osete le da más al realista, cosas como "Capitán Trueno".
-También hace humor. Es un profesional como la copa de un pino, y seguro que sus Mortadelos están a la altura.
-De acuerdo, de acuerdo. Yo supervisaré las historietas.
-Y para las portadas, quién mejor que Sagasty. Cuando usted nos falle, ahí le tendremos. ¿Qué le parece?
-Unos recambios aceptables. Pero los lectores darán su veredicto.
El éxito de Mortadelo y Filemón es devastador. La editorial decide actuar.
-Que sí, que sí. Mortadelos en todas las publicaciones. El público lo pide. Si no lleva Mortadelo, no lo compran. Se merece una corona, Ibáñez.
-Esto es demasiado, demasiado. Se va a quemar el personaje. ¿Cómo vamos a llenar los recopilatorios con tanto Mortadelo?
-Usted centrese en las portadas y en las aventuras largas. El resto déjemelo a mi.
-El otro día vi a Mártinez Osete, y no parecía muy contento. Claro, no son sus personajes.
-Pues buscaremos otros dibujantes. Guionistas tenemos de sobras. Si no, yo mismo puedo darles argumentos. Si total, siempre pasa lo mismo en esas historietas.
-Bueno, bueno. No quiero saber nada. No están bien, no tienen calidad, la gente lo notará.
-No lo notarán, mire estas muestras. Son como usted, igualitos. El mismo trazo. Sus discípulos. Este es de Ramón, este otro de Miguel, aquí uno de David... Y para los guiones tenemos a Jaume, toda una promesa, o a Jesús, o a Francisco, o si no que nos copien historietas antiguas, que las pongan al día. Tan claro como el agua. Va a haber Mortadelos en todas las revistas, en todas.
-Usted verá, usted verá.
Llega un punto, en que si se reúnen todas las historias publicadas en un mes, hay más apócrifas que originales de Ibáñez.
-Quédese con las portadas, Sacarinos, Rompetechos, Mortadelos. Es lo que la gente ve primero. Si ven su portada, comprarán la revista. ¿Ve que descansadito está ahora? Si hasta le hemos encargado a uno de sus "pupilos" que nos haga un par de aventuras largas.
-Qué voy a decir. Una cosa eran entintados, pero hemos llegado a un extremo...
-No se queje, ahora tiene más vacaciones.
Mediados de los 80, una época turbulenta. Ibáñez ha de ser operado del cuello. Algo se rumia en el ambiente. La editorial está casi en la ruina.
-Ahora que no está el "Gran I", montamos un Equipo Bruguera, y a seguir tirando del carro. Mortadelo habrá para rato. Pero menos Sacarino, ni Fujiyama ni porras. Aquí, aventuras de los agentes. ¿Me oís?.
El Grupo Z compra el fondo editorial de la fenecida Bruguera, y continúa con la gallina de los huevos de oro, apadrinada por el Bruera Equip. Ibáñez, por su lado, trabaja con su propio equipo en Grijalbo, y tras un juicio, consigue los derechos de sus personajes.
-Mis condiciones: nada de Bruguera Equip. Traigo mi propio equipo de "suplentes", gente muy maja. Y mi firma ha de aparecer, al menos en lo que abocete. Que a 20 páginas al mes (más portadas) no llego. Y todo lo que no era mio allí en Bruguera, no quiero ni volverlo a ver. A partir de ahora, todo que huela a Mortadelo, olerá a Ibáñez.
-Por supuesto, lo que usted diga. Quemaremos las historietas de Osete, las de Casanyes y de todos los demás.
-Eso. Bueno, la del "caso de los párvulos" la puede dejar, que me hace gracia. Pero del resto, ni sombra.
Los 90: cierran las revistas, y Mortadelo se queda solo ante el peligro. El nutrido grupo de "ayudantes" se disuelve. Solamente entintadores, y coloristas permanecen a su lado, pero al fin, tras casi 40 años de dictadura editorial, Ibáñez puede decir que estos Mortadelo y Filemón, son suyos del todo... ¿O no?
Corren los años 60 y el maestro Ibáñez se ve requerido por sus editores a crear nuevos personajes. Además los anunciantes lo quieren a él por encima de cualquier otro para ilustrar sus marcas. Mortadelo tiene aceptación entre los lectores, las encuestas lo demuestran. Junto con 13, Rué del Percebe, son las series de más éxito.
-Ibáñez, ¿qué me dice de una página doble central de Mortadelo?.
-Pues le digo que a todo no llego, no llego. Son demasiadas páginas a la semana, y aún trabajando 28 horas al día no doy abasto.
-Ea, ea. Le pondremos entintadores, más entintadores. Usted aboceta, y listo.
-Bueno Ya veremos.
Primera baja, Don Pedrito, personaje publicitario de un cóñac.
-Bien, que no puede con Don Pedrito, no pasa nada. Habrá que buscarle un sustituto. Alguien que le sea fiel a su estilo, para que los lectores no lo noten.
-Pues mire, uno de mi quinta, Blas Sanchís, no se le da mal. Lo conozco y sé que hará un buen trabajo.
-Pues no se diga más, le daremos el puesto.
-Gracias, gracias. Me quita un peso de encima.
La década de los 60 llega a su fin. El trabajo de Ibáñez crece de manera desproporcionada.
-Si me parece bien, dibujar a Mortadelo y tal con más detalle, aventuras largas, al estilo "europeo". Pero eso me llevará más tiempo, más tiempo. ¿De donde lo saco?.
-Calma, Ibáñez. ¿Sabe cual es el requisito que pedimos a los dibujantes que llaman a nuestra puerta? "O dibujáis como Ibáñez, o no hay nada que hacer". Estamos creando clones suyos que le salvarán de esta situación. Tiempo al tiempo. Y no se preocupe, que le buscamos entintadores para todas sus historietas. Siga con lo suyo.
Gran Pulgarcito fenece, pero Mortadelo no sólo sobrevive al envite, sino que se multiplica en diversas publicaciones con su nombre.
-Mire, ambos conocemos a Osete, y seguro que hará un buen trabajo con Mortadelo. Además el señor Toledano con el 13, Rué, una de las series más trabajosas de hacer, no le defraudará.
-Pero Osete le da más al realista, cosas como "Capitán Trueno".
-También hace humor. Es un profesional como la copa de un pino, y seguro que sus Mortadelos están a la altura.
-De acuerdo, de acuerdo. Yo supervisaré las historietas.
-Y para las portadas, quién mejor que Sagasty. Cuando usted nos falle, ahí le tendremos. ¿Qué le parece?
-Unos recambios aceptables. Pero los lectores darán su veredicto.
El éxito de Mortadelo y Filemón es devastador. La editorial decide actuar.
-Que sí, que sí. Mortadelos en todas las publicaciones. El público lo pide. Si no lleva Mortadelo, no lo compran. Se merece una corona, Ibáñez.
-Esto es demasiado, demasiado. Se va a quemar el personaje. ¿Cómo vamos a llenar los recopilatorios con tanto Mortadelo?
-Usted centrese en las portadas y en las aventuras largas. El resto déjemelo a mi.
-El otro día vi a Mártinez Osete, y no parecía muy contento. Claro, no son sus personajes.
-Pues buscaremos otros dibujantes. Guionistas tenemos de sobras. Si no, yo mismo puedo darles argumentos. Si total, siempre pasa lo mismo en esas historietas.
-Bueno, bueno. No quiero saber nada. No están bien, no tienen calidad, la gente lo notará.
-No lo notarán, mire estas muestras. Son como usted, igualitos. El mismo trazo. Sus discípulos. Este es de Ramón, este otro de Miguel, aquí uno de David... Y para los guiones tenemos a Jaume, toda una promesa, o a Jesús, o a Francisco, o si no que nos copien historietas antiguas, que las pongan al día. Tan claro como el agua. Va a haber Mortadelos en todas las revistas, en todas.
-Usted verá, usted verá.
Llega un punto, en que si se reúnen todas las historias publicadas en un mes, hay más apócrifas que originales de Ibáñez.
-Quédese con las portadas, Sacarinos, Rompetechos, Mortadelos. Es lo que la gente ve primero. Si ven su portada, comprarán la revista. ¿Ve que descansadito está ahora? Si hasta le hemos encargado a uno de sus "pupilos" que nos haga un par de aventuras largas.
-Qué voy a decir. Una cosa eran entintados, pero hemos llegado a un extremo...
-No se queje, ahora tiene más vacaciones.
Mediados de los 80, una época turbulenta. Ibáñez ha de ser operado del cuello. Algo se rumia en el ambiente. La editorial está casi en la ruina.
-Ahora que no está el "Gran I", montamos un Equipo Bruguera, y a seguir tirando del carro. Mortadelo habrá para rato. Pero menos Sacarino, ni Fujiyama ni porras. Aquí, aventuras de los agentes. ¿Me oís?.
El Grupo Z compra el fondo editorial de la fenecida Bruguera, y continúa con la gallina de los huevos de oro, apadrinada por el Bruera Equip. Ibáñez, por su lado, trabaja con su propio equipo en Grijalbo, y tras un juicio, consigue los derechos de sus personajes.
-Mis condiciones: nada de Bruguera Equip. Traigo mi propio equipo de "suplentes", gente muy maja. Y mi firma ha de aparecer, al menos en lo que abocete. Que a 20 páginas al mes (más portadas) no llego. Y todo lo que no era mio allí en Bruguera, no quiero ni volverlo a ver. A partir de ahora, todo que huela a Mortadelo, olerá a Ibáñez.
-Por supuesto, lo que usted diga. Quemaremos las historietas de Osete, las de Casanyes y de todos los demás.
-Eso. Bueno, la del "caso de los párvulos" la puede dejar, que me hace gracia. Pero del resto, ni sombra.
Los 90: cierran las revistas, y Mortadelo se queda solo ante el peligro. El nutrido grupo de "ayudantes" se disuelve. Solamente entintadores, y coloristas permanecen a su lado, pero al fin, tras casi 40 años de dictadura editorial, Ibáñez puede decir que estos Mortadelo y Filemón, son suyos del todo... ¿O no?
Casanyes desatado
Al principio empezó muy modosito, entintando al maestro o copiando las viñetas. Pero en cuanto le cogió gusto... Resultó ser el mejor apócrifo de Ibáñez. Con esta viñeta, espectacular, queda demostrado que supo imprimir su propio estilo a los personajes. Más tarde les cogería una manía terrible, pero eso es otra historia, que aquí no entra.
lunes, marzo 24, 2008
Locura primaveral
Les comento una historieta del montón y apócrifa, para inaugurar la primavera.
Merlínez, un científico que se volvió tarumba, ha escapado del manicomio y busca venganza, portando como arma su fórmula diabólica: unas semillas que hacen crecer árboles y todo tipo de flores.
Como muchas de las historias ajenas a su autor, calca viñetas originales con total descaro. Además, el dibujo es deslavazado. El rostro de Mortadelo en la primera viñeta es de juzgado de guardia, aunque luego el dibujante se entone.
El diseño de Merlínez, de gorro floreado y un aire al malo de kilociclos asesinos, también se las tre. El ilustrador es incapaz de plasmar al personaje igual en dos viñetas. O le hace la nariz más grande, o con otra forma, o la barba le crece y le decrece. Un descuido absoluto. Quizás lo mejor sea el final, con una viñeta calcada de "Los gamberros", en la que Ofelia descubre el rasgo romático y primaveral del maloso y corre tras él exigiendo boda.
Merlínez, un científico que se volvió tarumba, ha escapado del manicomio y busca venganza, portando como arma su fórmula diabólica: unas semillas que hacen crecer árboles y todo tipo de flores.
Como muchas de las historias ajenas a su autor, calca viñetas originales con total descaro. Además, el dibujo es deslavazado. El rostro de Mortadelo en la primera viñeta es de juzgado de guardia, aunque luego el dibujante se entone.
El diseño de Merlínez, de gorro floreado y un aire al malo de kilociclos asesinos, también se las tre. El ilustrador es incapaz de plasmar al personaje igual en dos viñetas. O le hace la nariz más grande, o con otra forma, o la barba le crece y le decrece. Un descuido absoluto. Quizás lo mejor sea el final, con una viñeta calcada de "Los gamberros", en la que Ofelia descubre el rasgo romático y primaveral del maloso y corre tras él exigiendo boda.
domingo, marzo 23, 2008
El guión, base de la historieta
¿Qué se hace primero, el guión o el dibujo?. Esta pregunta, por tonta que parezca, la hemos oído tantas veces los guionistas que ya ni siquiera intentamos agredir a quien nos la formula. Evidentemente- contestamos, con una flema adquirida durante nuestra infancia en costosos internados ingleses-, lo que se hace primero es el guión. Para cuando el dibujante empieza su trabajo, el guionista ya ha acabado el suyo.
A diferencia del dibujante (que parte del guión), el guionista parte de cero. Al principio, debe concentrarse en imaginar un argumento, es decir, lo que va a ocurrir en la historia. Un argumento para ser aceptable, debe ser coherente. Debe contsar, por decirlo de alguna manera, de principio y final; no valen las historietas en las que, simplemente, van ocurriendo cosas hasta que se agotan las páginas. Una historieta cómica, por ejemplo, no puede estar compuesta por una sucesión de chistes inconexos entre sí, "pegados" a la fuerza; es preferible crear una situación graciosa que vaya destilando "gags" a medida que avanza. De modo análogo, una historia policíaca, o de terror, debe mantener la intriga y el suspense hasta la última viñeta y ésta, de alguna forma, debe justificar todas las anteriores.
Para desarrollar el argumento en guión, elegimos una narrativa concreta. Porque un guión puede contar la misma historia de muchas maneras diferentes, y es preciso elegir la más adecuada en función de la propia historia y del público al que va destinada. Hay que decidir si se usarán o notextos de apoyo, hay que planear el uso que se hará de las elipsis, hay que ordenar las secuencias de un modo determinado... etc.
Un guión de cómic se parece a un guión técnico de cine, con la diferencia de que en cada plano (viñeta) nuestra cámara permanece inmóvil. Una parte del guión está destinada al dibujante; se le indica el plano necesario para cada viñeta (desde Panorámica Generala Primer Plano, según el caso), se describen personajes, edificios, ambiente, expresiones y, en muchas ocasiones, también el encuadre (si Fulanito queda de espaldas, de perfil o de cara al enfoque, por ejemplo). La otra parte es la del diálogo, que aparecerá impresa en los "bocadillos".
Algunos dibujantes son, a la vez, guionistas. Los hay que lo hacen muy bien (Vázquez o Ibáñez, por ejemplo, han creado un estilo de guión para sus propias historietas). Otros, por buenos que sean en el dibujo, son malos en el guión, pero caen en un pecado de soberbia y se empeñan en escribir sus propios textos, con lo que pueden acabar ilustrando magníficamente una historieta aburrida e incoherente. Escribir y dibujar son dos habilidades dispares, que no se reúnen a menudo en una misma persona. Y decir que "lo que importa en la historieta es el dibujo, no el guión", es como decir que lo importante en un barco es el motor del mismo, no que flote.
A diferencia del dibujante (que parte del guión), el guionista parte de cero. Al principio, debe concentrarse en imaginar un argumento, es decir, lo que va a ocurrir en la historia. Un argumento para ser aceptable, debe ser coherente. Debe contsar, por decirlo de alguna manera, de principio y final; no valen las historietas en las que, simplemente, van ocurriendo cosas hasta que se agotan las páginas. Una historieta cómica, por ejemplo, no puede estar compuesta por una sucesión de chistes inconexos entre sí, "pegados" a la fuerza; es preferible crear una situación graciosa que vaya destilando "gags" a medida que avanza. De modo análogo, una historia policíaca, o de terror, debe mantener la intriga y el suspense hasta la última viñeta y ésta, de alguna forma, debe justificar todas las anteriores.
Para desarrollar el argumento en guión, elegimos una narrativa concreta. Porque un guión puede contar la misma historia de muchas maneras diferentes, y es preciso elegir la más adecuada en función de la propia historia y del público al que va destinada. Hay que decidir si se usarán o notextos de apoyo, hay que planear el uso que se hará de las elipsis, hay que ordenar las secuencias de un modo determinado... etc.
Un guión de cómic se parece a un guión técnico de cine, con la diferencia de que en cada plano (viñeta) nuestra cámara permanece inmóvil. Una parte del guión está destinada al dibujante; se le indica el plano necesario para cada viñeta (desde Panorámica Generala Primer Plano, según el caso), se describen personajes, edificios, ambiente, expresiones y, en muchas ocasiones, también el encuadre (si Fulanito queda de espaldas, de perfil o de cara al enfoque, por ejemplo). La otra parte es la del diálogo, que aparecerá impresa en los "bocadillos".
Algunos dibujantes son, a la vez, guionistas. Los hay que lo hacen muy bien (Vázquez o Ibáñez, por ejemplo, han creado un estilo de guión para sus propias historietas). Otros, por buenos que sean en el dibujo, son malos en el guión, pero caen en un pecado de soberbia y se empeñan en escribir sus propios textos, con lo que pueden acabar ilustrando magníficamente una historieta aburrida e incoherente. Escribir y dibujar son dos habilidades dispares, que no se reúnen a menudo en una misma persona. Y decir que "lo que importa en la historieta es el dibujo, no el guión", es como decir que lo importante en un barco es el motor del mismo, no que flote.
Jaume Ribera (Bruguelandia número 1)
sábado, marzo 22, 2008
¡La Primavera!
jueves, marzo 20, 2008
Jaume Ribera, guionista
En la anterior entrada, Julio Fernández recomendaba leerse el artículo aparecido en Bruguelandia 1 (junio 1981) para conocer el proceso de la creación de un guión de tebeo.
Jaume Ribera guionizó multitud de historietas apócrifas de Mortadelo y Filemón, y es el autor del artículo mencionado, que tras la presentación biográfica de rigor en la actual, les pondré en la siguiente entrada dedicada a este autor.
Jaume Ribera. 27 años. Licenciado en Ciencias de la Información, rama Periodismo. Periodista "free-lance" para varias agencias. He publicado algunos cuentos por ahí, he colaborado con alguna que otra revista y tengo una novela "El asesinato de Peter Pan" bajo contrato editorial, con que en estos momentos no sé cuándo saldrá.
Empecé como guionista en Bruguera a los dieciocho. El primer personaje que hice se llamaba "Marujito" y aunque no lo creé yo, escribí el 99 por ciento de sus guiones. Creo que lo dibujaba Cerdán. Luego he hecho guiones de prácticamente todos los personajes de la casa: Tragacanto, Cataplasma, Eustaquio Trompeta, Maff y Oso, Pepe Trola, Jorge y Rosita, Plurilópez, Deliranta Rococó, Camelio Majareto,Angustio Vidal, Plácido Domingo, Yolanda, Tete Gutapercha, Cucaracho, Maratón, Felipe el Gafe, 1X2 el extraterrestre, Federico Desastre... Y muchos más de los que ni me acuerdo (porque mi colaboración es muy amplia).
Hice una serie, en "Hora E", que se llamaba "Elemental, querido Watson" y que iba a descubrir al culpable (que el lector lo descubriera, vaya). Empecé otras dos series; "Magniman" y "Centella", creo que se llamaban, pero tales superhéroes demostraron tener escasa resistencia, pues duraron, cada uno, un solo episodio.
Muchos guiones policíacos. Destaquemos: "¡Dispara ya, Billy!", "Diario de un asesino", "Buen trabajo, mal negocio", "Vuelo nocturno", "La señal en la arena", "Un paparazzi",, "La ISla", "Flashback", "Un poli viejo y cansado", "Tres cobardes", "El prototipo", etc. etc. etc.
Para otras editoriales (Selecciones Ilustradas), dos series: Wheeler, que va de motos y sale en una revista alemana que se llama "Brooooom!" (sí, que lo juro, se llama así), y "Skate Bob", que sale en Skaters, que es una cosa francesa. También hice unas adaptaciones del Dirk Turpin ése que salía en TVE.
También he colaborado con dibujantes, como Nebot, o Borillo, para el extranjero, a través de Ortega. Cosas de críos. Y con Fernández y Branca para Bruguera con unos personajes que se llamabam "Sir Bombín", "Paco Golondrino", "Caramelot", "Robín Oveja", etc.
Una vez terminado su periplo en Bruguera, Jaume Ribera ha continuado en el mundo literario con una serie de novelas de serie negra protagonizadas por el detective Flanagan, co-escritas junto a Andreu Martín.
Jaume Ribera guionizó multitud de historietas apócrifas de Mortadelo y Filemón, y es el autor del artículo mencionado, que tras la presentación biográfica de rigor en la actual, les pondré en la siguiente entrada dedicada a este autor.
Jaume Ribera. 27 años. Licenciado en Ciencias de la Información, rama Periodismo. Periodista "free-lance" para varias agencias. He publicado algunos cuentos por ahí, he colaborado con alguna que otra revista y tengo una novela "El asesinato de Peter Pan" bajo contrato editorial, con que en estos momentos no sé cuándo saldrá.
Empecé como guionista en Bruguera a los dieciocho. El primer personaje que hice se llamaba "Marujito" y aunque no lo creé yo, escribí el 99 por ciento de sus guiones. Creo que lo dibujaba Cerdán. Luego he hecho guiones de prácticamente todos los personajes de la casa: Tragacanto, Cataplasma, Eustaquio Trompeta, Maff y Oso, Pepe Trola, Jorge y Rosita, Plurilópez, Deliranta Rococó, Camelio Majareto,Angustio Vidal, Plácido Domingo, Yolanda, Tete Gutapercha, Cucaracho, Maratón, Felipe el Gafe, 1X2 el extraterrestre, Federico Desastre... Y muchos más de los que ni me acuerdo (porque mi colaboración es muy amplia).
Hice una serie, en "Hora E", que se llamaba "Elemental, querido Watson" y que iba a descubrir al culpable (que el lector lo descubriera, vaya). Empecé otras dos series; "Magniman" y "Centella", creo que se llamaban, pero tales superhéroes demostraron tener escasa resistencia, pues duraron, cada uno, un solo episodio.
Muchos guiones policíacos. Destaquemos: "¡Dispara ya, Billy!", "Diario de un asesino", "Buen trabajo, mal negocio", "Vuelo nocturno", "La señal en la arena", "Un paparazzi",, "La ISla", "Flashback", "Un poli viejo y cansado", "Tres cobardes", "El prototipo", etc. etc. etc.
Para otras editoriales (Selecciones Ilustradas), dos series: Wheeler, que va de motos y sale en una revista alemana que se llama "Brooooom!" (sí, que lo juro, se llama así), y "Skate Bob", que sale en Skaters, que es una cosa francesa. También hice unas adaptaciones del Dirk Turpin ése que salía en TVE.
También he colaborado con dibujantes, como Nebot, o Borillo, para el extranjero, a través de Ortega. Cosas de críos. Y con Fernández y Branca para Bruguera con unos personajes que se llamabam "Sir Bombín", "Paco Golondrino", "Caramelot", "Robín Oveja", etc.
Una vez terminado su periplo en Bruguera, Jaume Ribera ha continuado en el mundo literario con una serie de novelas de serie negra protagonizadas por el detective Flanagan, co-escritas junto a Andreu Martín.
miércoles, marzo 19, 2008
Julio Fernández, esta es su vida
Julio Fernández nos cuenta algo de su vida, y responde unas preguntas en Bruguelandia número 6.
Mi llegada al mundo del comic fue puramente casual, ya que , a pesar de que mi desbordante fantasía empezó a manifestarse en el colegio de los Padres Escolapios de Zaragoza, cuando ya novelaba las lecciones de Historia, describiendo los héroes a mi manera, nunca había pensado dedicarme a esto profesionalmente.
Yo vivía en la plaza Sepúlveda de Barcelona y mataba mi tiempo libre dibujando en la galería que daba precisamente a la de mi vecino Carlos Conti. Un día se fijó en mi trabajo, me propuso que fuera su ayudante y acepté. Conti intentó hacer de mi un gran dibujante. Trabajé con él por espacio de varios meses, pero sus esfuerzos fueron inútiles: yo, dibujando, era francamente malo y lo único que conseguía era entorpecer su trabajo. Sin embargo, trabajar con él fue una maravillosa experiencia para mí; a su lado fui adquiriendo otros conocimientos que, más tarde, me ayudarían a llegar donde he llegado. Conti, mi inolvidable y malogrado amigo, fue un maestro indiscutible para mí.
Por recomendación suya pasé a ocupar el puesto de dirección artística en la Hispano Americana de Ediciones, a las órdenes de Juan Ernesto Vinardell (Ardel para sus "monos"), que fue mi segundo maestro. Allí todo cambió. El trabajo me gustaba y no fue difícil adaptarme. Compaginando y corrigiendo las historietas de esos inolvidables héroes del cómic: "Rip Kirby", "Flash Gordon", "El agente secreto X9", "Tarzán, el hombre mono", "Merlín el mago moderno", "El hombre enmascarado", "Jorge y Fernando", "Suchai", "El pequeño sheriff", etc..., fui adquiriendo una depurada técnica que, más tarde, me serviría profesionalmente. En esa época realicé mis primeros guiones, relatos policíacos sin remuneración alguna, sólo por el placer de hacerlo.
En 1952, recién casado, ingresé en Editorial Bruguera, donde fui rotulista, compaginador, guinista, redactor y director de varias revistas: "Tio Vivo", "Capitán Trueno", "Jabato", "Campeón"... cargo este que ocupo en la actualidad. Fue en Editorial Bruguera donde me convertí en un profesional, en un auténtico guinista.
Mis guiones fueron apareciendo en las revistas "Sissi", "Sissi juvenil", "Sissi gráfico", "Blanca". Escribí historias de amor para las colecciones "As de corazones", "Celia", "Capricho". Novelas gráficas para adultos en "Calibre 44", "Sospecha". Guiones policíacos. Las series "los cuatro justicieros", "Patrulla volante" con el inspector Dan: adaptación para la "Colección Historias". Libros de héroes como "Bonanza", "La perra Lassy", "Huracán", "Duelo en el fondo del mar", y algunos minilibros para la colección 25.000 palabras.
Luego he hecho guiones de humor: "Tragacanto", "Cataplasma", "Plurilópez", "Cucaracho", "Pepe Trola", "Maff y Oso", "Pepe Gotera y Otilio", "Mortadelo", "Maripili y Leopoldino, un matrimonio muy fino"... y muchos más e cuyo nombre no puedo acordarme...
Para otras editoriales (Archivo de Arte), creé tres series: "Lone Rock", "Mike Madison" y "Orlando, príncipe de las tinieblas", cuyas aventuras aparecían semanalmente. Para Ibero Mundial de Ediciones, realicé la serie "El delfín negro", también de aparición semanal, y un cuento de humor en la revista "Matarratos".
-¿Cómo nace un personaje?
-Cada maestrillo tiene su librillo. Yo me inspiro en personajes reales. Cualquier situación en cualquier día, hora o lugar, puede servirme de base para un guión. Sólo es cuestión de tener imaginación.
-¿Qué se necesita para ser guionista?
-Para ser guionista sólo es necesario poseer dos cosas: Inteligencia y una máquina de escribir. Hay quien tiene sólo lo último, pero son los que más triunfan. Para ser un buen guionista se necesita tener mucha imaginación, tanta como para pensar que te van a pagar tus ideas al precio que las cobran quienes no la tienen.
-¿Cómo se realiza un buen guión?
-Adquiriendo Bruguelandia 1. Jaume Ribera explica detalladamente la confección del mismo.
-¿Qué dibujante extranjero te gusta más?
-Sin lugar a dudas los que conocí en la Hispano Americana. Me refiero a Alex Raymond ("Rip Kirby", "Flash Gordon"), Hogarth ("Tarzán"). En humor, Uderzo, creador de "Astérix" y "Umpah-pah", personaje que publico en "Tintín", actualmente.
-¿Y españoles?
-Vázquez, Escobar, Ibáñez, Raf, Blasco, Julio Vivas... Los nacionales me gustan casi todos.
-¿Algo más para terminar?
-Un recuerdo a cuantos nos dejaron, amigos inolvidables que rendían culto a la amistad. ¡Ahora ya no queda tiempo para tener amigos"
Mi llegada al mundo del comic fue puramente casual, ya que , a pesar de que mi desbordante fantasía empezó a manifestarse en el colegio de los Padres Escolapios de Zaragoza, cuando ya novelaba las lecciones de Historia, describiendo los héroes a mi manera, nunca había pensado dedicarme a esto profesionalmente.
Yo vivía en la plaza Sepúlveda de Barcelona y mataba mi tiempo libre dibujando en la galería que daba precisamente a la de mi vecino Carlos Conti. Un día se fijó en mi trabajo, me propuso que fuera su ayudante y acepté. Conti intentó hacer de mi un gran dibujante. Trabajé con él por espacio de varios meses, pero sus esfuerzos fueron inútiles: yo, dibujando, era francamente malo y lo único que conseguía era entorpecer su trabajo. Sin embargo, trabajar con él fue una maravillosa experiencia para mí; a su lado fui adquiriendo otros conocimientos que, más tarde, me ayudarían a llegar donde he llegado. Conti, mi inolvidable y malogrado amigo, fue un maestro indiscutible para mí.
Por recomendación suya pasé a ocupar el puesto de dirección artística en la Hispano Americana de Ediciones, a las órdenes de Juan Ernesto Vinardell (Ardel para sus "monos"), que fue mi segundo maestro. Allí todo cambió. El trabajo me gustaba y no fue difícil adaptarme. Compaginando y corrigiendo las historietas de esos inolvidables héroes del cómic: "Rip Kirby", "Flash Gordon", "El agente secreto X9", "Tarzán, el hombre mono", "Merlín el mago moderno", "El hombre enmascarado", "Jorge y Fernando", "Suchai", "El pequeño sheriff", etc..., fui adquiriendo una depurada técnica que, más tarde, me serviría profesionalmente. En esa época realicé mis primeros guiones, relatos policíacos sin remuneración alguna, sólo por el placer de hacerlo.
En 1952, recién casado, ingresé en Editorial Bruguera, donde fui rotulista, compaginador, guinista, redactor y director de varias revistas: "Tio Vivo", "Capitán Trueno", "Jabato", "Campeón"... cargo este que ocupo en la actualidad. Fue en Editorial Bruguera donde me convertí en un profesional, en un auténtico guinista.
Mis guiones fueron apareciendo en las revistas "Sissi", "Sissi juvenil", "Sissi gráfico", "Blanca". Escribí historias de amor para las colecciones "As de corazones", "Celia", "Capricho". Novelas gráficas para adultos en "Calibre 44", "Sospecha". Guiones policíacos. Las series "los cuatro justicieros", "Patrulla volante" con el inspector Dan: adaptación para la "Colección Historias". Libros de héroes como "Bonanza", "La perra Lassy", "Huracán", "Duelo en el fondo del mar", y algunos minilibros para la colección 25.000 palabras.
Luego he hecho guiones de humor: "Tragacanto", "Cataplasma", "Plurilópez", "Cucaracho", "Pepe Trola", "Maff y Oso", "Pepe Gotera y Otilio", "Mortadelo", "Maripili y Leopoldino, un matrimonio muy fino"... y muchos más e cuyo nombre no puedo acordarme...
Para otras editoriales (Archivo de Arte), creé tres series: "Lone Rock", "Mike Madison" y "Orlando, príncipe de las tinieblas", cuyas aventuras aparecían semanalmente. Para Ibero Mundial de Ediciones, realicé la serie "El delfín negro", también de aparición semanal, y un cuento de humor en la revista "Matarratos".
-¿Cómo nace un personaje?
-Cada maestrillo tiene su librillo. Yo me inspiro en personajes reales. Cualquier situación en cualquier día, hora o lugar, puede servirme de base para un guión. Sólo es cuestión de tener imaginación.
-¿Qué se necesita para ser guionista?
-Para ser guionista sólo es necesario poseer dos cosas: Inteligencia y una máquina de escribir. Hay quien tiene sólo lo último, pero son los que más triunfan. Para ser un buen guionista se necesita tener mucha imaginación, tanta como para pensar que te van a pagar tus ideas al precio que las cobran quienes no la tienen.
-¿Cómo se realiza un buen guión?
-Adquiriendo Bruguelandia 1. Jaume Ribera explica detalladamente la confección del mismo.
-¿Qué dibujante extranjero te gusta más?
-Sin lugar a dudas los que conocí en la Hispano Americana. Me refiero a Alex Raymond ("Rip Kirby", "Flash Gordon"), Hogarth ("Tarzán"). En humor, Uderzo, creador de "Astérix" y "Umpah-pah", personaje que publico en "Tintín", actualmente.
-¿Y españoles?
-Vázquez, Escobar, Ibáñez, Raf, Blasco, Julio Vivas... Los nacionales me gustan casi todos.
-¿Algo más para terminar?
-Un recuerdo a cuantos nos dejaron, amigos inolvidables que rendían culto a la amistad. ¡Ahora ya no queda tiempo para tener amigos"
martes, marzo 18, 2008
Julio Fernández, el guionista enmascarado
Jaume Ribera, Jesús de Cos, Miguel Ratera, Ramón María Casanyes... Todos guionizaron historietas apócrifas de Mortadelo, dibujándolas algunos de ellos. Eran escritores en la sombra, en ciertas ocasiones acreditados junto al título de la aventura. Pero hay un escritor que aportó su granito de arena a Mortadelo, y del que apenas se ha hablado, al no acreditarse en muchas ocasiones: Julio Fernández, de quien Ibáñez dio buena cuenta caricaturizándolo en algunas historias de Mortadelo.
Les ofrezco en dos entradas un breve semblante escrito rebosante de humor por Armando Matías Guiu, por un lado, y una entrevista de éste al propio Julio Fernández, ambos reportajes aparecidos en el Bruguelandia número 6 (Diciembre 1981). Material interesante para (re)conocer más a un autor que se merece todos los elogios por su trabajo inabarcable y de calidad.
Les ofrezco en dos entradas un breve semblante escrito rebosante de humor por Armando Matías Guiu, por un lado, y una entrevista de éste al propio Julio Fernández, ambos reportajes aparecidos en el Bruguelandia número 6 (Diciembre 1981). Material interesante para (re)conocer más a un autor que se merece todos los elogios por su trabajo inabarcable y de calidad.
El guionista es un señor que vive en la sombra, como si estuviera dibujado a lápiz.
El dibujante, por el contrario, está pasado a tinta y pintado a color.
El lector corriente, por lo general, ignora todo del guionista, hasta el nombre. Cree que el dibujante se lo hace todo. Y, a veces sí, pero a veces no.
En términos generales, para el cómic en serio, detrás de una buena historia dibujada por un buen dibujante, hay un buen guionista. Un buen dibujante sin una buena historia detrás no logra desenvolverse bien.
Julio Fernández vive detrás de sus voluminosos bigotes, protegido por sus seudónimos. Para cada género, una personalidad distinta. Su seudónimo más generalizado es Carlos Mendizábal. Pero ha firmado muchas historias como Héctor Valdés, o como Alan Barry, policíacos y aventuras sentimentales. Para las aventuras del oeste, el "saca rápido, Flanagan", lo firma como Hondo Layne.
Los guiones infantiles los firma como Kayruzán, que suena a personaje de cuento oriental. A sus relatos humorísticos les da ya parte de su nombre:añgunos los firma como Julius. Pero los cuentos de humor que quincenalmente publica en "Mortadelo Especial" los signa con su nombre completo. Los guiones de humor, también. Bueno, el pone, simplemente, J. F., pero las rotulistas a máquina le añaden el "ernández" que le falta a la F solitaria.
J. F., como los personajes célebres en los telefilmes americanos, es un hombre "leído, esvribido y vivido". Castellano viejo, nació en Logroño, donde las pastillas de café con leche, aunque muy pronto se trasladó a Zaragoza y de allí a Francia, para irse a Barcelona donde se quedó y sigue, con largas ausencias, porque es un viajero empedernido.
Empezó joven, muy joven a escribir.
Y a pegar.
Una faceta que sus admiradores desconocen es que fue boxeador amateur. Y llegó a ser campeón regional de los pesos gallo y pluma en dos años consecutivos. Pero antes aún, había jugado al rugby y estuvo en el equipo de hockey sobre patines del Rayo de Zaragoza, y luego entrenó a un equipo de baloncesto femenino en Burgos.
O sea que hay que tratarle con respeto para que no se enfade y nos suelte una torta de KO, a la primera.
También fue entrenador del equipo de fútbol de Editorial Bruguera hace unos años.
El deporte siempre ha estado muy ligado a él; el deporte y el dibujo, porque aunque escribía comedias a los once años -que se representaron en Zaragoza- lo que a él le gustaba era dibujar. De niño era el terror de la casa. Como cayera en sus manos un carboncillo se ponía a dibujar en cualquier parte, que no solía ser, precisamente, un papel. Pero ya se sabe que los artistas deben sufrir reveses antes de alcanzar la fama.
Esta faceta como dibujante le ha permitido imaginar mejor sus historietas, crear situaciones posibles, no como los guionistas que meten varios movimientos simultáneos en una misma viñeta con textos que se refieren a más de un momento, creando el desconcierto en el dibujante. Los guiones de Julio Fernández suelen ser ajustados, tanto de situación, como de diálogo. Los "serios" van llevando a la situación "in crescendo", ganando suspense, si son policíacos, y emotividad si son sentimentales, hasta el desenlace.
En sus guiones de humor trabaja el personaje, le da una psicología, una personalidad, unas motivaciones y reacciones. Un buen ejemplo de ello son "Maff y Osso".
El dibujante, por el contrario, está pasado a tinta y pintado a color.
El lector corriente, por lo general, ignora todo del guionista, hasta el nombre. Cree que el dibujante se lo hace todo. Y, a veces sí, pero a veces no.
En términos generales, para el cómic en serio, detrás de una buena historia dibujada por un buen dibujante, hay un buen guionista. Un buen dibujante sin una buena historia detrás no logra desenvolverse bien.
Julio Fernández vive detrás de sus voluminosos bigotes, protegido por sus seudónimos. Para cada género, una personalidad distinta. Su seudónimo más generalizado es Carlos Mendizábal. Pero ha firmado muchas historias como Héctor Valdés, o como Alan Barry, policíacos y aventuras sentimentales. Para las aventuras del oeste, el "saca rápido, Flanagan", lo firma como Hondo Layne.
Los guiones infantiles los firma como Kayruzán, que suena a personaje de cuento oriental. A sus relatos humorísticos les da ya parte de su nombre:añgunos los firma como Julius. Pero los cuentos de humor que quincenalmente publica en "Mortadelo Especial" los signa con su nombre completo. Los guiones de humor, también. Bueno, el pone, simplemente, J. F., pero las rotulistas a máquina le añaden el "ernández" que le falta a la F solitaria.
J. F., como los personajes célebres en los telefilmes americanos, es un hombre "leído, esvribido y vivido". Castellano viejo, nació en Logroño, donde las pastillas de café con leche, aunque muy pronto se trasladó a Zaragoza y de allí a Francia, para irse a Barcelona donde se quedó y sigue, con largas ausencias, porque es un viajero empedernido.
Empezó joven, muy joven a escribir.
Y a pegar.
Una faceta que sus admiradores desconocen es que fue boxeador amateur. Y llegó a ser campeón regional de los pesos gallo y pluma en dos años consecutivos. Pero antes aún, había jugado al rugby y estuvo en el equipo de hockey sobre patines del Rayo de Zaragoza, y luego entrenó a un equipo de baloncesto femenino en Burgos.
O sea que hay que tratarle con respeto para que no se enfade y nos suelte una torta de KO, a la primera.
También fue entrenador del equipo de fútbol de Editorial Bruguera hace unos años.
El deporte siempre ha estado muy ligado a él; el deporte y el dibujo, porque aunque escribía comedias a los once años -que se representaron en Zaragoza- lo que a él le gustaba era dibujar. De niño era el terror de la casa. Como cayera en sus manos un carboncillo se ponía a dibujar en cualquier parte, que no solía ser, precisamente, un papel. Pero ya se sabe que los artistas deben sufrir reveses antes de alcanzar la fama.
Esta faceta como dibujante le ha permitido imaginar mejor sus historietas, crear situaciones posibles, no como los guionistas que meten varios movimientos simultáneos en una misma viñeta con textos que se refieren a más de un momento, creando el desconcierto en el dibujante. Los guiones de Julio Fernández suelen ser ajustados, tanto de situación, como de diálogo. Los "serios" van llevando a la situación "in crescendo", ganando suspense, si son policíacos, y emotividad si son sentimentales, hasta el desenlace.
En sus guiones de humor trabaja el personaje, le da una psicología, una personalidad, unas motivaciones y reacciones. Un buen ejemplo de ello son "Maff y Osso".
Armando Matias Guiu
¡¡Se acerca la primavera!!
lunes, marzo 17, 2008
Neurovisión por Miguel Ratera
Visto el ejemplo anterior podría entenderse que no había guionistas tras las historietas apócrifas de Mortadelo y Filemón. Nada más lejos de la realidad. Un nutrido grupo de profesionales del tebeo se cuidaron de continuar la labor de Ibáñez, para que las aventuras ajenas a él no distasen mucho de las auténticas. Uno de ellos, Miguel Ratera (Mike Ratera desde hace unos años, dibujante de historietas para adultos) guionizó a la par que dibujó un puñado de páginas, que si bien no eran nada del otro mundo, al menos no plagiaban descaradamente viñetas originales, e intentaban mostrar una frescura de las que adolecían las ideadas por otros compañeros (exceptuando Casanyes). Como ejemplo les pongo este de par de páginas, con una parodia del concurso de Eurovisión, muy de moda últimamente. Juzguen por sí mismos si la labor de Ratera es o no es digna.
viernes, marzo 14, 2008
"Remaqueando" la primera historieta
Ya decía el propio Osete que aprendió el oficio copiando las páginas de otros dibujantes. Cuando le tocó hacer de "negro" de Ibáñez en historietas con guión propio, tuvo un problema. No tenía la inventiva del creador original. Quién sabe si por indicación ajena o por iniciativa propia, Osete decició copiar tal cual planchas de los primeras apariciones de los personajes en Pulgarcito.
Y tuvo la osadía de hacer un "remake" de la primera de todas, la del ya mítico Pulgarcito 1394 de 1958, pero actualizando los personajes, claro está. Pueden comparar el resultado en estos ejemplos, o clicando en la página para verla en grande.
jueves, marzo 13, 2008
Martínez Osete
En 1968, en El DDT, Jaume Perich entrevistó a diversos autores de la casa para una sección llamada "El Mundo de la Historieta". Se trata de breves charlas con los dibujantes o guionistas sobre su forma de trabajar o su opinión del medio, y han quedado para la posteridad como documentos esenciales para el estudio y conocimiento de la historieta española.
Hoy les traigo la realizada a Martínez Osete, cuando aún no hacía de "negro" de Ibáñez. Una muy interesante entrevista en la que se define claramente la personalidad de este dibujante, y premonitoria en cuanto al destino que le proporcionaría la editorial.
Hoy les traigo la realizada a Martínez Osete, cuando aún no hacía de "negro" de Ibáñez. Una muy interesante entrevista en la que se define claramente la personalidad de este dibujante, y premonitoria en cuanto al destino que le proporcionaría la editorial.
Presentamos hoy a otro dibujante serio, es decir de aventuras. Para muchos, es probable que les suene menos el nombre de uno de estos dibujantes que el de uno de humor. La facilidad con que se identifica a un Peñarroya con Don Pio, a Ibáñez con Mortadelo o a Escobar con Carpanta no se da en los serios, quizás porque la variedad de estilos que éstos cultivan (oeste, guerra, ciencia-ficción) confunde alguna vez al lector... Martínez Osete, sin embargo, lleva muchos años dibujando y muchos personajes han salido de su lápiz: En la actualidad, series de el Capitán Trueno, Comandos de África (en la revista Bravo) y anteriormente Víctor, héroe del espacio (en las revistas EL CAPITÁN TRUENO). Ha colaborado con una serie de grandes dibujantes: Ambrós, Fuentes Man, Pardos, Darnís, etc... en todo tipo de historietas. Además ha cultivado el dibujo de humor durante varios años en la revista, ya desaparecida, La Risa.
El dibujo de Martínez Osete, sin llegar a la perfección que él desearía, cumple a la maravilla su función y le da incluso un "algo" que resulta indicadísimo para una historieta. Martínez Osete es una gran persona, amable, de una considerable dósis de modestia y que es más o menos así...
El dibujo de Martínez Osete, sin llegar a la perfección que él desearía, cumple a la maravilla su función y le da incluso un "algo" que resulta indicadísimo para una historieta. Martínez Osete es una gran persona, amable, de una considerable dósis de modestia y que es más o menos así...
-¿Cuántos años hace que dibuja?
-Profesionalmente, desde el año 1944.
-¿Cómo empezó y por qué?
-Que yo recuerde, siempre me gustó dibujar. Ya en el colegio, copiaba las ilustraciones de los libros y cuadernos. O sea que en mi caso puedo decir que dibujo por vocación. ¿Cómo empecé? Yo vivía en Francia, en Marsella, y hacía una revista para un grupo católico. No era una revista para la venta, sino que era algo así como un boletín del club, y me la hacía entera: dibujaba, escribía, editaba... Por entonces sólo dibujaba cómico.
El servicio militar me hizo venir a Barcelona, y al licenciarme empecé a colocar algunas cosas en revistas de por aquí. Vendí unos chistes a "¡Hola!" que entonces llevaba Irurozqui, y a otra revista infantil, ya desaparecida, que se llamaba "Atalaya". Más tarde hice alguna página de historieta cómica para "Pocholo" también desaparecida. Recuerdo que los chistes de "¡Hola!" me los pagaban a cuarenta pesetas, y que los que me rechazaban los vendía a "TBO" por un duro. Pero entonces me casé y necesitaba dinero, así que me decidí a dibujar historietas serias -muy malas, por cierto-. Trabajé en una editorial que se llamaba Grafidea, y ayudaba a Giral en la Toray. Más tarde entré en la Editorial Marco, donde llegué a realizar cuatro cuadernos de aventuras semanales -me pagaban doscientas pesetas por cada uno y debía hacer el guión, rotularlo y dibujarlo-. Estuve trece años en Marco, hasta que vine a Bruguera.
-Profesionalmente, desde el año 1944.
-¿Cómo empezó y por qué?
-Que yo recuerde, siempre me gustó dibujar. Ya en el colegio, copiaba las ilustraciones de los libros y cuadernos. O sea que en mi caso puedo decir que dibujo por vocación. ¿Cómo empecé? Yo vivía en Francia, en Marsella, y hacía una revista para un grupo católico. No era una revista para la venta, sino que era algo así como un boletín del club, y me la hacía entera: dibujaba, escribía, editaba... Por entonces sólo dibujaba cómico.
El servicio militar me hizo venir a Barcelona, y al licenciarme empecé a colocar algunas cosas en revistas de por aquí. Vendí unos chistes a "¡Hola!" que entonces llevaba Irurozqui, y a otra revista infantil, ya desaparecida, que se llamaba "Atalaya". Más tarde hice alguna página de historieta cómica para "Pocholo" también desaparecida. Recuerdo que los chistes de "¡Hola!" me los pagaban a cuarenta pesetas, y que los que me rechazaban los vendía a "TBO" por un duro. Pero entonces me casé y necesitaba dinero, así que me decidí a dibujar historietas serias -muy malas, por cierto-. Trabajé en una editorial que se llamaba Grafidea, y ayudaba a Giral en la Toray. Más tarde entré en la Editorial Marco, donde llegué a realizar cuatro cuadernos de aventuras semanales -me pagaban doscientas pesetas por cada uno y debía hacer el guión, rotularlo y dibujarlo-. Estuve trece años en Marco, hasta que vine a Bruguera.
-¿Dónde aprendió a dibujar?
-Desgraciadamente, en ninguna parte. Me hice yo solo, lo cual es un lastre que se arrastra toda la vida. A mí me gustaba mucho un dibujante francés que se llamaba Pelostch, que hacía cómico y una serie futurista en una revista francesa que se llamaba "Junior" - en ella aparecía el Tarzán de Hogarth-. De aquel dibujante aprendí mucho. Luego, más adelante, a base de estar muy al corriente de lo que se hace por el mundo, siempre se va aprendiendo, pero considero una lástima que al principio no contara con un buen maestro.
-¿Cómo dibuja: horario, técnica, etc...?
-Dibujo en mi casa, en un gallinero que tengo en el terrado y que habilité para estudio. Soy un hombre organizado y tengo montado un horario: Por la mañana de 8 a 12, y luego por la tarde empiezo a las 3 hasta las siete aproximadamente, aunque, claro, esto depende un poco del trabajo que tenga... Me gusta dejarme cada día un par de horas para hacer alguna página de dibujo humorístico, que es lo que en realidad me continúa gustando...
Dibujo a pincel y lo acabo mucho a lápiz (1). Antes no podía hacerlo así, ya que dije que me hacía cuatro cuadernos a la semana, y debía trabajar con una rapidez de loco; entonces, apenas bocetaba a lápiz, y lo hacía a tinta al galope. Había llegado a realizar un cuaderno entero en una noche. Y más de una vez, pasé a tinta alguna historieta de Ambrós (Ambrós fue el creador del "Capitán Trueno") que entonces hacía una historieta que se llamaba "El jinete fantasma".
-¿Qué dibujantes extranjeros admira?
-A Uderzo (dibujante de Astérix y Michel Tanguy para Bravo) y a Gir (dibujante de For Navajo para Bravo y Pilote).
-¿Y nacional?
-A Pardo (dibujante de cuadernos del Capitán Trueno). Tiene una sencillez de dibujo, ideal para historietas, asombrosa.
-¿Cómo crea a sus personajes?
-Realmente el dibujante de historietas serias no crea casi a sus personajes. Obedece indicaciones del editor o del guionista, que en determinados casos incluso llega a dibujárselos.
-¿Qué opina de la moda que se ha creado de la "historieta"?
-Me parece estupendo, creo que la historieta puede ser perfectamente un arte, con muchos más motivos que algunas elucubraciones que he visto por ahí y que no tienen nada de artísticas. Creo que con historietistas como Alex Raymond, Hal Foster, Fred Harman, etc..., es absurdo negarle categoría a esta actividad. Ya era hora, que se empezara a tener en cuenta la historieta.
-¿Qué aconsejaría al aficionado?
-Que estudie dibujo, anatomía especialmente. Sin este principio resulta luego muy difícil llegar a ser un buen dibujante de historietas. Una vez se domine el dibujo a la perfección, le bastará con mirar cuantas más historietas mejor. Sin darse cuenta, irá creando su propio estilo.
-Desgraciadamente, en ninguna parte. Me hice yo solo, lo cual es un lastre que se arrastra toda la vida. A mí me gustaba mucho un dibujante francés que se llamaba Pelostch, que hacía cómico y una serie futurista en una revista francesa que se llamaba "Junior" - en ella aparecía el Tarzán de Hogarth-. De aquel dibujante aprendí mucho. Luego, más adelante, a base de estar muy al corriente de lo que se hace por el mundo, siempre se va aprendiendo, pero considero una lástima que al principio no contara con un buen maestro.
-¿Cómo dibuja: horario, técnica, etc...?
-Dibujo en mi casa, en un gallinero que tengo en el terrado y que habilité para estudio. Soy un hombre organizado y tengo montado un horario: Por la mañana de 8 a 12, y luego por la tarde empiezo a las 3 hasta las siete aproximadamente, aunque, claro, esto depende un poco del trabajo que tenga... Me gusta dejarme cada día un par de horas para hacer alguna página de dibujo humorístico, que es lo que en realidad me continúa gustando...
Dibujo a pincel y lo acabo mucho a lápiz (1). Antes no podía hacerlo así, ya que dije que me hacía cuatro cuadernos a la semana, y debía trabajar con una rapidez de loco; entonces, apenas bocetaba a lápiz, y lo hacía a tinta al galope. Había llegado a realizar un cuaderno entero en una noche. Y más de una vez, pasé a tinta alguna historieta de Ambrós (Ambrós fue el creador del "Capitán Trueno") que entonces hacía una historieta que se llamaba "El jinete fantasma".
-¿Qué dibujantes extranjeros admira?
-A Uderzo (dibujante de Astérix y Michel Tanguy para Bravo) y a Gir (dibujante de For Navajo para Bravo y Pilote).
-¿Y nacional?
-A Pardo (dibujante de cuadernos del Capitán Trueno). Tiene una sencillez de dibujo, ideal para historietas, asombrosa.
-¿Cómo crea a sus personajes?
-Realmente el dibujante de historietas serias no crea casi a sus personajes. Obedece indicaciones del editor o del guionista, que en determinados casos incluso llega a dibujárselos.
-¿Qué opina de la moda que se ha creado de la "historieta"?
-Me parece estupendo, creo que la historieta puede ser perfectamente un arte, con muchos más motivos que algunas elucubraciones que he visto por ahí y que no tienen nada de artísticas. Creo que con historietistas como Alex Raymond, Hal Foster, Fred Harman, etc..., es absurdo negarle categoría a esta actividad. Ya era hora, que se empezara a tener en cuenta la historieta.
-¿Qué aconsejaría al aficionado?
-Que estudie dibujo, anatomía especialmente. Sin este principio resulta luego muy difícil llegar a ser un buen dibujante de historietas. Una vez se domine el dibujo a la perfección, le bastará con mirar cuantas más historietas mejor. Sin darse cuenta, irá creando su propio estilo.
-¿Qué género preferiría en caso de tener libertad?
-El cómico, por supuesto. Y en serio, el futurista. Me atrae extraordinariamente la historieta de ciencia-ficción.
-El cómico, por supuesto. Y en serio, el futurista. Me atrae extraordinariamente la historieta de ciencia-ficción.
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(1) Aquí Osete se equivocaba en el orden, o el transcriptor de la entrevista metió la pata, o ninguna de las dos cosas.
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Y con el cómico se quedó, a la sombra de Ibáñez. Triste destino para un dibujante, no ser acreditado su trabajo.
lunes, marzo 10, 2008
Agencia de información para coleccionistas
Hago un pequeño inciso en el mes "negro" para reseñar la última novedad relacionada con Mortadelo y Filemón, cortesía de Ediciones B, que me ha hecho inmensamente feliz.
Mortadelo y Filemón, agencia de información, edición coleccionista, tomo en tapa dura al estilo del aniversario, de 144 páginas, con prólogo de Ibáñez y escueta nota del editor, y que contiene las páginas dobles que se publicaron en Pulgarcito 1751 (1964) hasta el 1867 (1967), incluyendo algunos almanaques, que por cierto no aparecen como páginas doble, y alguna curiosidad como las historietas del Pulgarcito 1835 o 1838, que remontan dos planchas originales de los primeros tiempos cada una. Estas aventuras corresponden a la época más movida de la pareja, con historietas de equívocos, trompazos y acción por doquier, muy al estilo del humor de los añorados Laurel y Hardy. Un material inédito casi en su totalidad, en su formato original (algunos remontajes habían asomado por ahí). Además este libro tiene la cualidad de respetar el tamaño y elcolor que es bitono, y señala la correspondencia de número, algo que se echaba en falta en otros clásicos recopilados.
Una obra pelín cara, pero absolutamente necesaria y además poco publicitada, cosa rara. Parece mentira, pero Ediciones B están empezando a portarse como deben, y que dure...
Mortadelo y Filemón, agencia de información, edición coleccionista, tomo en tapa dura al estilo del aniversario, de 144 páginas, con prólogo de Ibáñez y escueta nota del editor, y que contiene las páginas dobles que se publicaron en Pulgarcito 1751 (1964) hasta el 1867 (1967), incluyendo algunos almanaques, que por cierto no aparecen como páginas doble, y alguna curiosidad como las historietas del Pulgarcito 1835 o 1838, que remontan dos planchas originales de los primeros tiempos cada una. Estas aventuras corresponden a la época más movida de la pareja, con historietas de equívocos, trompazos y acción por doquier, muy al estilo del humor de los añorados Laurel y Hardy. Un material inédito casi en su totalidad, en su formato original (algunos remontajes habían asomado por ahí). Además este libro tiene la cualidad de respetar el tamaño y elcolor que es bitono, y señala la correspondencia de número, algo que se echaba en falta en otros clásicos recopilados.
Una obra pelín cara, pero absolutamente necesaria y además poco publicitada, cosa rara. Parece mentira, pero Ediciones B están empezando a portarse como deben, y que dure...
domingo, marzo 09, 2008
Sagasty remendando a Osete
Martínez Osete, conocido sobretodo por ilustrar los pasamientos, fue uno de los primeros apócrifos de las aventuras de Mortadelo y Filemón a principios de la década de los 70. Pero al editor de turno no debió parecerle adecuado la representación gráfica que este autor hacía del rostro de Filemón. Para arreglar el desaguisado se echó mano de Sagasty, hombre-comodín de Mortadelo (y muchos otros personajes) en portadas, anuncios y artículos de merchadising de la editorial. En la entrada anterior veíamos una ilustración suya. En varias entregas apócrifas de los agentes, perpetradas por Osete, Sagasty hubo de sustituir la cara al "Jefe". Comparen los resultados de las páginas ilustradas en su totalidad por el mentado "negro" y las manipuladas por el mencionado dibujante. No deja de tener su guasa todo el asunto.
Un dibujo de Osete sin manipular. Se daba la característica de que este autor conservó la chaqueta roja de Filemón (de los primeros álbumes de los personajes) en algunas entregas.
Aquí pueden apreciar con más detalle el retoque. El trazo grueso de Sagasty contra el más fino de Osete, que por cierto también entintó aventuras largas de Mortadelo.
Mi pregunta es, ¿todas estas artimañas engañarían al lector de la época respecto a la autoría de las páginas o sólo lo sumirían en la confusión más absoluta?.