He aquí un anuncio singular. Ibáñez, desde muy temprano adornó con sus dibujos todo tipo de reclamos publicitarios. Que si Colacao, que si pegamento Uhu, que si balones ceplástica, que es el que nos toca hoy. Como pueden ver en el anuncio (del año 1962), el autor no se cortaba un pelo a la hora de proclamar las excelencias del artículo. Cristales hechos añicos, gracias al balón de plástico, una anciana por los aires, niños revoltosos, y un gran caos. Olé por él. Y digo ésto porque un servidor de ustedes ha sufrido en sus carnes, cuando mis ideas de una campaña publicitaria eran un poco más agresivas de lo normal, la imposición de lo políticamente correcto, de que lo que vende es lo bonito y lo que a nadie ofende. Pongo la mano en el fuego de que hoy por hoy, a Ibáñez le hubiesen tirado el anuncio. Se lo hubiesen hecho repetir. Me imagino la escena: "Pero bueno, Ibáñez, ¿qué es esto?. ¿Cómo quiere que vendamos el producto, si está diciendo a los padres que la pelotita va a ser la culpable de tales desgracias, y les va a suponer un desembolso de dinero extra para cubrir los destrozos? ¿Y los niños?, ¡dibújelos angelitos sonrientes, y no así de malvados!... Ande, repítalo, y me dibuje un jovencito sano y deportista haciendo malabarismos con su pelota sobre cesped verde, y con sus amigitos aplaundiéndole alrededor..."
Como que no...
Como que no...
1 comentario:
Ah, el maestro, siempre tan publicitario... Y tan profeta. Otra de sus grandes premoniciones fueron las ventanas emergentes. En las historietas más primitivas de los agentes que le han dado tanta past... digoooo que nos han dado tanto deleite, solían aparecer unos recuadritos de Ad que decían: CHICLE DUGLAS HINCHABLE
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