Años atrás, un mercachifle moro, Alí-gusa-no, reunió a diez "primos" y les vendió un soleado terrenito, por unos milloncejos de nada. El tal Moro partió en diez pedazos el plano en el cual les había firmado la cesión del lugar, y lo repartió a los individuos. Al poco, éstos se dieron cuenta de que el terrenito era un arenal de valor inferior a diez céntimos de la época. Los timados se guardaron su trozo de plano... ¡Y ahora resulta que el sitio está repleto de uranio enriquecido, y aquel que reúna los diez pedazos será archimillonario!. ¿Quiénes son los encargados de llevar a cabo la misión? No hace falta que lo diga, ¿verdad?. Con esta premisa y la consiguiente resolución de tortas y trompazos, apareció en los Mortadelos que van del 203 al 213, datados a finales de 1974, la aventura El plano de Alí-Gusa-No. Este recurso, el de la búsqueda del objeto, ya había sido usado antes en historietas como La caja de diez cerrojos (llaves), A la caza del cuadro o Los diamantes de la gran duquesa, y sería vuelto a utilizar en multitud de aventuras posteriores.
Lo que hace especial a este largo, es la presentación en sociedad, de la organización A.B.U.E.L.A (Agentes Bélicos Ultramarinos Especialistas Líos Aberrantes), que el propio Ibáñez volvería a usar en alguna aventura posterior, así como el vilipendiado Bruguera Equip, que también echó mano de ella. Aparte de este detalle, la aventura está repleta de gags muy buenos, y son destacables los prólogos de los episodios, sobre todo el de el primero, en el cual el Súper les está explicando la misión y ellos se dedican a los juegos de mesa: o el del viaje a Egipto, intentando equivocar a los espías dando un nombre falso, y metiendo la pata hasta el fondo al descubrir que el nombre coincide con el del tipo a buscar. La proliferación de los espías es otro detalle a tener en cuenta. En pocas historietas de Ibáñez se verá tal marabunta de enemigos como aquí.
Los gags siguen la tónica de la época, siendo frescos y descacharrantes, sin dar respiro al lector. El final, que hecha abajo todos los esfuerzos, de chapó.
El estilo de dibujo que cultivaba Ibáñez a mediados de la década de los 70, ya perdido el febril detallismo de las primeras aventuras largas, denota un esfuerzo de fluidez y energía perdido en los últimos años. En el caso que nos ocupa, va al grano, y el entintado (posiblemente de un ayudante, a veces recuerda a Casanyes) favorece a la historia, aunque en algunas viñetas aparece un tanto deslavazado, pero por lo general es resultón.
Los gags siguen la tónica de la época, siendo frescos y descacharrantes, sin dar respiro al lector. El final, que hecha abajo todos los esfuerzos, de chapó.
El estilo de dibujo que cultivaba Ibáñez a mediados de la década de los 70, ya perdido el febril detallismo de las primeras aventuras largas, denota un esfuerzo de fluidez y energía perdido en los últimos años. En el caso que nos ocupa, va al grano, y el entintado (posiblemente de un ayudante, a veces recuerda a Casanyes) favorece a la historia, aunque en algunas viñetas aparece un tanto deslavazado, pero por lo general es resultón.
Datos curiosos:
- En la página 5 aparece un monte de piedad, entidades benéficas donde los pobres podían obtener sumas en metálico empeñando sus pertenencias y así satisfacer sus necesidades más primarias, hoy casi extintas.
-En la página 15 Filemón se oculta en la barba de un disfraz de Mortadelo, hecho que se repite en la página 31 y en la 36. Se ve que proliferaban las barbas luengas por la época.
-Rompetechos, cómo no, aparece en la página 11.
-En la página 28: al autor se le olvidó dibujar las "teclas negras" en el piano.
Ver otros comentarios:- En la página 5 aparece un monte de piedad, entidades benéficas donde los pobres podían obtener sumas en metálico empeñando sus pertenencias y así satisfacer sus necesidades más primarias, hoy casi extintas.
-En la página 15 Filemón se oculta en la barba de un disfraz de Mortadelo, hecho que se repite en la página 31 y en la 36. Se ve que proliferaban las barbas luengas por la época.
-Rompetechos, cómo no, aparece en la página 11.
-En la página 28: al autor se le olvidó dibujar las "teclas negras" en el piano.
1- En Alemania
2- Billy el Horrendo
3- Los mercenarios
4- La estatua de la libertad
6 comentarios:
Pues sinceramente las historietas de Ediciones B me parece que no están a la altura para considerarlas en esta sección, sobre todo por esos ayudantes que le colaron, que afeaban aún más si cabe el resultado.
Bueno, con las embajadas chifladas me rei un montón, quizás esta si que entre.
La del quinto centenario me parece curiosa, pero tampoco me emociona.
De los últimos años a esta parte, rescataría bien pocas, solo detalles de algunas.
Un saludo.
Esta fue durante mucho tiempo la unica aventura larga de Mortadelo que leia de niño, ya que no tenia mas. Ni siquiera el comic era mio, sino de un amigo: era un autentico tesoro que le pedia una y otra vez: en tapa dura, con aquella historia hilarante que era mucho mas larga que mis otros mortadelos, aquella primera viñeta grande donde se veia el titulo de la aventura y que tu has reproducido. Cuantos recuerdos me trae este album. Al igual que los mercenarios, que lei y relei mil veces durante una convalecencia en el hospital con 8 años.
Gracias Ibañez. Muchas gracias.
Muy buena esta historieta. Yo he tenido ocasión de leerla completa hace poco en una reedición que hizo El Mundo, aunque en viñetas pequeñas. Es una delicia y el mérito que tiene es que, en mi opinión, es totalmente atemporal, hecho que valoro mucho en un tebeo que lo mismo puede hacer pasar un buen rato a un chaval de hoy que de hace treinta años.
Quizás tengas razón, y de la etapa de ediciones B poco hay salientable...pero si no me equivoco ¿no fue entonces donde Papá Ibáñez dio a luz a Irma? Por fin algo de chicha, que de la Ofelia poco se podía sacar...
Ahora que lo pienso, la mayor parte de los chistes con la Ofelia si se hubiesen realizado en estos años ¿no habrían resultado políticamente incorrectos? Quizás te he dado la idea de un nuevo post, como sería la serie si Ibáñez estuviese sometido a los cánones del buenrrollismo y mojigatería actuales. Supongo que no valdría un pimiento
La primera aparición de Irma se predujo en una editorial ajena a Bruguera, ediciones junior, de Grijalbo, creo, en la historieta terroristas (nº1 de Yo y Yo).
¿Poca chicha con Ofelia? Pero si le sobra por todos los lados. Ahora en serio, pienso que a Ibáñez eso de la mojigatería le afecta poco, solo que las ideas ya no son como las de antes, y la política editorial actual, en mi opinión, es errónea.
Una historieta muy divertida... basada en "Els Dotze Treballs de Benet Tallaferro" (Benoît Brisefer), personaje de Peyo.
Publicar un comentario